Texto: Ing. Agr. Diego Hugo Pérez

Asesor CREA Las Petacas 

ROTACIÓN DE CULTIVOS Y APORTE DE CARBONO

En los últimos años ha quedado suficientemente claro para extensionistas, investigadores y productores la importancia de lograr balances de carbono y de materia orgánica positivos en el suelo. Un sistema de siembra directa (SD) permanente requiere tener en cuenta este aspecto si se desea llegar a buen término en la producción y para lograrlo se requieren 2 variables fundamentales: rotaciones y fertilización balanceada.

Un balance positivo de carbono en el suelo permite que las características de fertilidad física del suelo como la estabilidad estructural, el tamaño y distribución de poros sea la apropiada para lograr una producción sustentable con rendimientos crecientes en el tiempo. Todos los cultivos son sensibles a las variaciones en el contenido de MO pero de los tres cultivos (trigo, soja y maíz) a los que aquí me refiero quizás el maíz sea el más sensible a los cambios en el ambiente y en especial a lo que hace al contenido de carbono y a las propiedades físicas del suelo.

Por esta razón, es que al hablar de manejo de la fertilidad y fertilización de cultivos es muy conveniente hacer una referencia aunque en forma indirecta al balance del contenido de carbono del suelo.

En el marco del proyecto rotaciones de CREA y tomando la base de datos de la zona Sur de Santa Fe del movimiento, se analizó el impacto de las rotaciones (diagnosticado como participación de gramíneas en la rotación-IG*) en el rendimientos de maíz y a su vez segregado según fase ENSO. La base cuenta con información desde el año 1998 hasta la campaña 2016.

*Índice de gramíneas: (IG), representa la cantidad de especies gramíneas que tuvo el lote a lo largo del total de las campañas (e.g. IG = 0.3 significa que en 3 de 10 campañas ese lote tuvo una gramínea).

Grafico 1:

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En el gráfico 1 pueden observarse los rendimientos de maíz según el porcentaje de participación de gramíneas en la rotación y el impacto diferencial que tienen las fases ENSO (separadas como años Niño y no Niños). En el gráfico de la izquierda (años Niños) se puede ver que las probabilidades de obtener un determinado rendimiento varían en función del IG en rangos de 10-20% de diferencias a lo largo de los rendimientos explorados. En cambio, en el gráfico de la derecha (años No Niños) las probabilidades de obtener un determinado rendimiento son muy diferentes según el IG, indicando como destacable que con menos de 33% de IG obtener más de 9000 kg/h solo se da el 40% de las veces mientras que con mas de 66% de IG se da el 75% de la veces; con lo cual en los años donde la mayoría de las veces el agua es limitante (años No Niños) el historial del campo tiene un mayor efecto.

También se desprende de los gráficos anteriores que en los años Niños es mas probable obtener mejores rendimientos que en años no Niños.